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Mensajes: 11.2005

18.11.05

Ponencia de Hermes Binner durante el Primer Congreso de Economía Provincial Santa Fe 2005

comentarios: contacto@hermesbinner.com.ar

PRIMER CONGRESO DE ECONOMIA PROVINCIAL - “SANTA FE 2015”
Rosario, 23 de Septiembre de 2005.
Panel: “ Santa Fe en el marco de la Región Centro”
Ponencia: Dr. Hermes Binner – Presidente del Cemupro
La República Argentina tiene una dilatada historia de centraliación en el Puerto de Buenos Aires; un país que se conformó con una mirada siempre atenta a los designios del comercio internacional. La reciente globalización económica encontró una argentina no preparada para abordar semejante desafío y consecuentemente el avance de las políticas neoliberales encontró en nuestro país una transferencia indiscriminada de recursos de todo tipo hacia los países centrales.
La Argentina que debemos reconstruir es una Argentina que gravite en el MERCOSUR e intercambie con otros bloques regionales en el mundo mutipolar que vivimos; pero esa Argentina debe ser pensada de abajo hacia arriba, desde el interior hacia el puerto de Buenos Aires y aquí tienen un rol fundamental las economías regionales y particularmente las vinculadas a la agroindustria que ubican a nuestra provincia como una de las grandes palancas que sirve al Ministerio de Economía para recuperar la capacidad de pago de nuestro país.
En este camino es importante la regionalización y para nosotros la Región Centro, que integra Santa Fe junto a Córdoba y Entre Ríos. Nos interesa reorientar la forma de gobernar Santa Fe para su integración con el resto de las provincias.
El concepto de región no es novedoso para la estrategia militar, la ciencia económica o la historia económica. No es necesario dar prueba de ello en esta exposición.
Aquello que aparece novedoso, aunque relativamente, es el concepto de regionalización entendido como una práctica de la gestión pública territorial para alcanzar mejores indicadores de desarrollo económico y democrático. Esta práctica está ampliamente diseminada en Europa a partir del último cuarto de siglo. Es suficiente mencionar aquí el ejemplo de Emilia Romagna, una región italiana de altísima productividad que se conformó como resultado de políticas activas de colaboración entre municipios vecinos.
Tampoco es novedoso en nuestra ciudad de Rosario el concepto de regionalización aplicado localmente si atendemos a que Rosario ha sido organizada en distritos donde se han descentralizado funciones de la gestión municipal para mejorar la calidad de vida de los vecinos.
La situación novedosa es la incorporación del concepto de regionalización a la presente agenda provincial.
El concepto de regionalización está fundado en la necesidad de un Estado-provincia eficiente, eficaz y efectivo. Es patrimonio común de los santafesinos reconocer que su Estado-provincia es un aparato pesado, burocrático, ensimismado. Estas características ponen en duda la gobernabilidad, esto es, el contenido de las políticas y programas centralmente diseñados y su implementación en tiempo y forma con atención a criterios de eficiencia, eficacia y efectividad.
Dada la ausencia de grados de autonomía para los municipios provinciales, incluso dificultados institucionalmente para asociarse entre sí y con las comunas circundantes, sus políticas son de corto plazo. Los municipios santafesinos, difícilmente tengan otras alternativas que hacer suyos los programas nacionales y provinciales referidos a cuestiones productivas y sociales.
De ahí que la “reforma del Estado-provincia” necesita superar esa concepción limitante según la cual las políticas y programas productivos y sociales son definidos por las estructuras políticas (Ejecutivo y Legislatura) e implementados bajo la autoridad de funcionarios públicos de nivel central. Esa concepción atrasada ha estado fundada en el monopolio de la información y de la racionalidad por los funcionarios del Estado
La región cobra entidad económica y social cuando es concebida como un espacio hacia donde opera la descentralización de poderes y grados de autonomía requeridos por los actores sociales y políticos de un territorio, y porque el gobierno provincial reconoce la necesidad de la descentralización para una mejor gestión. De ahí que el concepto de región no apunte a más Estado sino a más Sociedad.
La descentralización de poderes del Estado-provincia a las regiones también tiene que ver con la democratización de la vida provincial. La democracia provincial es imperfecta y la gestión del interés público requiere hoy día, con mayor intensidad que en tiempos pasados, que las poblaciones no sean consideradas objeto sino sujetos de la solución de los problemas territoriales.
Vivimos en una Provincia rica cuando la comparamos con otras. Es cierto que Santa Fe ha registrado un crecimiento económico importante en los dos últimos años. Sin embargo, la constante es la creciente desigualdad entre los santafesinos y entre los 19 departamentos que ha signado la vida provincial en las dos últimas décadas de vida democrática. La nuestra es una provincia fragmentada social y territorialmente.
Si se atiende a indicadores de necesidades básicas, se aprecia que subsisten problemas de seguridad, educación, salud, vivienda, transporte, agua potable y cloacas que requieren corrección.
Si se observan otros indicadores territoriales, como son la distinta productividad agropecuaria, las desventajas de localización de actividades agroindustriales, las diferencias en el crecimiento del empleo, se encuentran ahí las explicaciones principales a las diferencias departamentales entre los indicadores sociales.
Para hablar efectivamente de desarrollo provincial tenemos que tener presente indicadores de empleo, distribución del ingreso personal y territorial, y conservación de los recursos humanos y ambientales. El impulso de las políticas macroeconómicas nacionales podría traducirse en crecimiento y desarrollo para todas las regiones de nuestra provincia si ocurriesen intervenciones externas a los mercados. Las intervenciones externas más eficientes son aquellas que resultan de una Sociedad participante en las políticas provinciales.
Será necesario dar un giro en muchos temas provinciales. Por ejemplo, será necesario trabajar duro para asegurar a todos los comprovincianos un nivel parejo de satisfacción de necesidades básicas independientemente de su localización geográfica. También será necesario asegurar en adelante que las transferencias de recursos fiscales a los departamentos más desfavorecidos se apliquen efectivamente a potenciar el desarrollo y no simplemente a paliar las consecuencias del crecimiento territorial desigual y concentrado. Cada región de la provincia merece un proyecto estratégico de desarrollo urdido en colaboración entre las fuerzas sociales de la región y el gobierno provincial.
¿Cómo dar un salto de calidad en el tema de la producción y el empleo? La idea matriz es la siguiente: es necesario privilegiar el desarrollo local y regional con instituciones apropiadas. Cada territorio debiera producir al máximo de su frontera de producción dado por la dotación de sus recursos físicos y humanos, y debiera expandir su frontera productiva acrecentando esos recursos. ¿Es esta una tarea del gobierno provincial o es una tarea que compromete la participación de los agentes privados y públicos de cada territorio? Por cierto, ha sido imprudente que la sociedad santafesina abandonase sus destinos a sus gobiernos provinciales por tantos años. Por cierto debemos aprender de lo pasado para accionar a favor de cambios institucionales.
De ahí que el concepto de regionalización aporte a un nuevo modelo de desarrollo y de democracia, administración provincial y participación de los comprovincianos. En todo el ámbito provincial, bajo el cobijo de planes estratégicos territoriales, es necesario empezar a tejer una red de instituciones cuyos espacios temáticos y de actuación permitan la conformación de regiones. A manera de ejemplos, agencias de desarrollo regional referidas a la producción territorial; consejos regionales de capacitación y formación con participación bi-, tri- o multipartito para apoyar los planes de producción y empleo; cooperativas regionales de crédito para favorecer la radicación en el territorio de los ahorros que el sistema financiero deriva a otras zonas; servicios regionales de empleo para disminuir los períodos de desocupación y orientar a los desempleados hacia las potencialidades del propio territorio y de la provincia, resignificación de las delegaciones regionales de educación y salud de la provincia activando el compromiso de organizaciones de ciudadanos, profesionales, cámaras y gremios alrededor de la educación y la salud territoriales. Correspondería a cada componente institucional comprometerse en la discusión sobre asignaciones de fondos públicos entre regiones provinciales referida a su respectiva área temática.
Está reñida con la realidad histórica provincial la crítica que sostiene que la descentralización y los grados de autonomía aumentarían las desigualdades departamentales. Al contrario, estas desigualdades han sido el resultado de la coalición forjada desde hace años entre Mercado y Estado, coalición que debiera sustituirse por una nueva entre Sociedad y Estado donde se aplique la siguiente consigna: “la competencia estimula, la colaboración fortalece, la solidaridad une”. (Esta consigna fue elaborada por Jacques Delors durante el ejercicio de su autoridad en la Comunidad Europea)
Esta consigna de ninguna manera omite la función única del Estado provincial de elaborar un plan estratégico provincial, ejercer la administración de los recursos presupuestarios, asegurar la transferencia equitativa y transparente de los recursos provinciales, resolver los conflictos de intereses entre regiones y ejercer los criterios federalistas ante la nación y provincias. La consigna tampoco omite el papel del Mercado pero no le reconoce el papel de rector absoluto en la asignación de recursos; más bien, la consigna lo coloca en el rol que le corresponde, esto es, el de asignar los recursos productivos en un nuevo modelo de distribución del ingreso, mejoramiento de la calidad de vida y crecimiento económico.
¿Cuáles criterios deberían considerarse para fijar las prioridades de inversión de los recursos provinciales a lo largo y ancho de nuestra Provincia? Si no tuviésemos agencias de desarrollo diseminadas por todo el territorio provincial, participando en la asignación de las obras de infraestructura, observando las tasas de rentabilidad social de las distintas alternativas, terminarían prevaleciendo los intereses más fuertes de la Provincia, o aquellos con mayor proximidad al gobierno provincial. La distribución de la inversión pública provincial debiera considerar conjuntamente los impactos sobre la producción, empleo, distribución de los ingresos y preservación de los recursos humanos y medio ambiente. ¿Cuál sería el marco institucional para decidir entre distintos proyectos regionales que compiten por recursos provinciales?
Un Consejo Provincial Económico y Social, en cuya integración estén incluidas las Agencias de Desarrollo Regionales diseminadas por todo el territorio de Santa Fe, sería el ámbito institucional adecuado para discutir las prioridades de inversión financiadas con recursos provinciales. Y esta construcción institucional de abajo hacia arriba, que va generando instancias regionales hasta incluir al gobierno provincial, asegura que el desarrollo regional no concluya en anarquía ni en la profundización de las desigualdades territoriales, sino al contrario: todos los santafesinos concurrirían representados a elaborar un Proyecto Estratégico Provincial y quedarían reflejados en esas metas.
Gobernando Santa Fe con la participación de los sectores sociales construiremos la fortaleza necesaria que requieren cada una de las tres provincias para integrar la Región Centro.
Muchas gracias.