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Mensajes: 07.2005

31.7.05

Mensaje durante la Feria de Gobernabilidad marzo 2005 Rosario

comentarios: contacto@hermesbinner.com.ar

Ante todo voy a tomarme el atrevimiento de asumir la representación de todas las ciudadanas y de todos los ciudadanos de Rosario y del propio Intendente Municipal, para decirle a Naciones Unidas gracias por esta distinción que valoramos muchísimo. Este agradecimiento también va para quien fuera el representante de Naciones Unidas en el momento de la entrega de este premio en diciembre de 2003, al actual embajador de España en Argentina, Carmelo Angulo Barturen, y para Juan Manuel Salazar y Pablo Vinocur, de quienes en una reunión inolvidable, en el PNUD en Buenos Aires, recibimos este anuncio tan importante para la ciudad de Rosario.

Este nombramiento de ejemplo de gobernabilidad democrática, creemos que puede utilizarse no como modelo o como receta sino como referencia de una experiencia que, indudablemente en cada lugar, en cada ciudad de nuestra querida América Latina, tendrá distintas formas de interpretación y de aprobación. La gran tarea es saber leer la realidad de cada una de nuestras ciudades para poder interpretar cuáles son sus necesidades fundamentales, por donde comenzar o por donde continuar preparando precisamente estas formas de gobernabilidad que hoy, particularmente en las ciudades, estamos llamados a asumirlas como un desafío.

Como todas las cosas siempre llegan tardíamente a América Latina, pero es necesario asumirlas cuando llegan. Generar un desarrollo local constituye también una gran posibilidad para tener una fuerte base de sustentación de esta pirámide de gobernabilidad que debe construir una nación y también un grupo de naciones, para poder abordar la satisfacción de las necesidades básicas y por qué no la felicidad de nuestra gente.

Es cierto que hay formas, estilos, propuestas, leyes, constituciones, que limitan esta posibilidad de construcción piramidal. En nuestro país, hay una reforma constitucional de hace once años que habla del primer nivel del Estado, que está precisamente en los municipios y sin embargo esto es una letra escrita pero no respetada, y todavía estamos hoy con la pirámide invertida. Argentina es un país que se construyó desde el puerto de Buenos Aires y se sigue pensando desde el puerto de Buenos Aires; pero la realidad está desde nuestro interior, la realidad productiva, la realidad social, la realidad que duele, la realidad que necesita una reactivación, la realidad que necesita un cambio, está aquí, en las ciudades.

Hace 100 años la mayoría de la población vivía en el campo, en las zonas rurales pero hoy, a comienzos de este siglo XXI, la gente vive en los conglomerados urbanos; en América Latina cerca del 90% de la población vive en conglomerados urbanos. Y es aquí el lugar donde se concentran las mayores demandas, las mayores necesidades, los mayores problemas sociales, económicos, pero también es el lugar de los mayores desafíos, de la mayor creatividad, de la mayor inventiva para comenzar a transformar desde abajo, con nuestros valores, con nuestra gente, con nuestra realidad, con nuestras instituciones, las ciudades que hoy tenemos.

De manera que, en cada ciudad, en cada conglomerado urbano hay factores, situaciones que quienes más las conocen son sus habitantes, sus instituciones, sus gobiernos locales, y que indudablemente, es una construcción singular la que hay que realizar allí.

Toda construcción singular no debe dejar de ver los derechos fundamentales de la gente; estos derechos que están plasmados en estos objetivos del milenio y que es necesario construir y no dejarlo simplemente en metas que algún día se puedan lograr, porque también en esto nosotros tenemos memoria. Recordábamos días pasados el acuerdo de Alma Ata, donde decía “salud para todos en el año 2000”. El año 2000 pasó y la meta no está cumplida. De manera que estos desafíos tienen que ser tomados con mucha fuerza por los gobiernos nacionales. Afortunadamente Argentina adhirió y firmó, entre de los 186 países que se sumaron a este compromiso que se lanzó bajo la presidencia de Kofi Anan. Pero es necesario darle encarnadura. Y en cada lugar hay que buscar la forma para que esto se pueda concretar.

Estos son los desafíos verdaderos que nosotros asumimos. Por eso en esta diversidad, simplemente quisiera comentarles una breve historia de nuestra ciudad de Rosario, que no necesariamente tiene que ser tomado como un modelo o un ejemplo, sino que es una historia más.

Cómo, pensando la ciudad desde una disciplina y desde uno de los derechos fundamentales de la gente, como es la salud, se construyó una propuesta, un andamiaje, una estructura, a partir del derecho a la salud de la población de Rosario.

Esto ocurre desde hace muchos años, que venimos estudiando, que hemos integrado y hemos sido, no originarios, porque todo esto es un gran tren donde nos subimos algún grupo, algunos se bajaron antes, otros se incorporaron después. Es una construcción colectiva de pensar la salud como un derecho, desde su historia, desde sus grandes hombres, desde sus grandes realizaciones, desde sus grandes instituciones, desde sus grandes proyectos, de todo un trabajo en salud que fue adecuándose o transformándose en función de la realidad y del avance de las ciencias.

Esto fue parte de un profundo estudio de muchísima gente, de mujeres y hombres que tal vez hoy no estén todos, pero es importante rendirles un homenaje a quienes dieron muchos años de su vida o algunos momentos o algunas ideas, porque todos han sido importantes en esta construcción.

La construcción en Rosario, de este modelo de salud, en el cual participaron enfermeras, médicos, bioquímicos, farmacéuticos, odontólogos, psicólogos, trabajadores sociales, fue pensada a partir de lo que se venía dando en nuestro país, sobre todo con la dictadura militar, signada por el neoliberalismo que cambió el equilibrio entre el mercado y el Estado y en nuestra ciudad pensaba en cerrar hospitales o trasladarlos.

Sobre esta base y sobre esa realidad, nosotros sostuvimos que el Estado debía garantizar la salud, y que había que construir un modelo de salud basado en nuestra historia, en nuestra cultura, en las necesidades de la gente y fundamentalmente en la solidaridad y en la participación. Y se generó esta estructura donde todo el equipo de atención primaria, que conducía la Dra. Richigier, logró un cambio a partir de la atención primaria, y generó un modelo de salud basado en la atención desde los centros de salud, desde los barrios, en forma creciente, piramidal, para poder construir un modelo con igualdad de oportunidades y gratuito.

Y este modelo, cuyos resultados ha reconocido la Organización Panamericana de la Salud, ha sido un modelo que se ha convertido en validación política, es decir que la propia población ha aceptado políticamente que este modelo, la salud como se esta dando, el entender la salud como derecho, atiende una de sus necesidades básicas, y por eso tiene validación política. Por eso es que esta construcción fue muy importante para todo el equipo que trabajó en tantas usinas y en tantas fábricas de ideas que fuimos generando.

Esto nos permitió luego, a partir de ese reconocimiento y ya desde el gobierno de la ciudad, aplicar la misma lógica a todos los ámbitos donde se intervino. Entonces no fue difícil entender lo que decía Francesco Tonucci sobre los niños. No fue difícil entender un modelo y una forma de pensar la ciudad de abajo hacia arriba, de las necesidades, de su historia y de su cultura, con su gente. Se pudo llevar adelante con los programas para discapacitados, que nosotros decimos con capacidades diferentes y que tuvo un gran aporte de la Comunidad Europea, un proyecto realmente muy valioso, de casi un millón de euros, que pudo generar en Rosario un modelo de atención a las personas con discapacidad en todos sus niveles, desde la prevención en las maternidades hasta en la rehabilitación. Y se pudo también generar un programa de género, y también un programa para desocupados, y por eso se aplicaron alternativas que nosotros sabemos que no constituyen la nueva economía, pero son alternativas que permiten a la gente vivir con dignidad, es decir vivir de su trabajo. Las huertas comunitarias, que hoy ustedes pueden ver aquí, en esta exposición, el trabajo que hacen mujeres y hombres de nuestra ciudad que quedaron a la vera del camino en este modelo de exclusión social y que sin embargo encontraron, a partir de estas propuestas de huertas comunitarias, de estas propuestas de fábrica, de estas propuestas de cooperativas de trabajo como el de barrio Las Flores, alternativas para vivir con dignidad.

Nosotros creemos que hay valores que desde las ciudades tienen que defenderse. Nosotros creemos que, por ejemplo, la democracia es perfectible y por lo tanto hay que hacer todos los días algo para que se perfeccione. Y sabemos que la democracia representativa tiene que mejorar, pero sabemos también que por la complejidad de las necesidades de nuestra población, tenemos que reforzar esa democracia representativa con la democracia participativa. Y la participación no es simplemente venir a opinar y regresar a casa. La participación es una invitación para que la gente sea parte para que la gente se involucre, para que la gente crea en sus manos, crea en su mente y comience a hacer. Porque la otra participación, es una participación que se agota en el tiempo; la gente se cansa. En cambio esta participación, donde la gente dice «yo quiero que me hagan una plaza aquí y quiero que los bancos estén de este lado y los juegos para los niños del otro lado» y esa obra se hace, como se ha realizado con el Presupuesto Participativo, genera más confianza y genera más participación y genera mucho más debate en las asambleas y genera muchas más e ideas. La gente quiere venir a decir cómo le gustaría que sea su centro de salud, su escuela, su plaza, su lugar público, como quiere que la atiendan.

La participación, tiene un gran valor para ayudar a la gobernabilidad de una ciudad. Es parte de la gobernabilidad. Porque nosotros en democracia tenemos que transformar al Estado. Nosotros en el ejercicio de esa democracia tenemos que creer, no en un estado elefantiásico que el neoliberalismo se encargó de degradar, tenemos que recrear un Estado que sirva para la gente. Un Estado que garantice los derechos básicos y elementales de la gente, pero tenemos que hacer un Estado que trabaje con la sociedad civil, que no coopte a la sociedad civil, que la deje entrar, que permita opinar a la gente. No hay que tenerle miedo al pensamiento de la gente, la prueba está en el presupuesto participativo que venimos implementando. A la gente se la invita a decidir en qué se va a gastar el dinero y la gente opina en qué se va a gastar y nunca opina cosas imposibles, siempre opina cosas posibles. Entonces ¿cómo no vamos a generar nosotros también confianza en la gente? Si nosotros creemos que es necesario que la gente recupere la confianza, la credibilidad en sus instituciones, también cuando ocupamos lugares, es necesario que le creamos.

Esto es un entendimiento de idea y vuelta. Entonces decimos que sobre esta base es importante construir solidaridad, es importante construir igualdad, es importante construir participación y es importante construir transparencia. Esta es una de las condiciones más necesarias en nuestra América Latina y en nuestra Argentina. Y la garantía de la transparencia la dan las instituciones de la sociedad civil, el control de la gente, no al control que yo nombro para que me controle a mí, sino el control que tiene que hacer la gente hacia quien tiene la responsabilidad de manejar un ómnibus, un semáforo, o la hacienda municipal.

Esto es lo que ha significado para Rosario la construcción desde un modelo de pensar primero la salud y luego la ciudad. Esto es lo que nos ha ampliado permanentemente la mira sobre a dónde queremos que vaya la ciudad. La ciudad no tiene una meta, la ciudad debe tener, obviamente, objetivos, pero no puntos de llegada, porque esta sociedad que nosotros queremos construir, es una sociedad que no se basa simplemente en darle un plato de comida al hambriento, o un libro al que tiene que aprender a leer. Estas son cuestiones fundamentales, pero tenemos que aspirar a la felicidad de la gente y la felicidad de la gente, también se construye, y se construye con diálogo, se construye con participación, se construye elevando el nivel, se construye nivelando para arriba y se construye creando.

Poco se puede hacer si no estudiamos los principios, los marcos teóricos, si no estudiamos nuestra historia, nuestra cultura, si no estudiamos nuestra realidad, si no aprendemos de todo lo que nos rodea, porque es el elemento fundamental, son los ingredientes fundamentales para poder pensar cosas nuevas, para crear algo nuevo, para tener la valentía, el entusiasmo de la creatividad.

Tenemos que atrevernos a pensar y a crear, tenemos que pensar sobre lo que tenemos y también sobre lo que vendrá. Cuando nosotros pensamos en los niños, no estamos pensando para decirle a los niños cómo tendrán que ser mañana, nosotros estamos pensando en los niños, primero por una cuestión biológica, pero fundamentalmente porque ellos serán los constructores de la sociedad del devenir. Los niños no votan, pero los niños van a construir este mañana que todos aspiramos.

Por todo ello Rosario fue elegida entre 278 ciudades para recibir esta distinción, es un hecho que nos enorgullece y a la vez nos convoca a redoblar esfuerzos para que el intercambio de ideas y experiencias entre las ciudades de América Latina sea cada vez más fructífero.

Muchísimas gracias.
http://www.experienciarosario.org.ar/

14.7.05

Es hora de sumar coincidencias (mensaje sobre la integración de Movimientos Sociales al Frente)

Queridas compañeras, queridos compañeros:

En este día muy especial, en el que presentamos nuestra lista, estamos conmemorando uno de los hechos más trascendentes de nuestra historia: el nacimiento como país independiente, a partir de esa reunión que se hizo en Tucumán hace 189 años.

Donde no había aviones ni rutas pavimentadas, sino que había un sistema de postas, un sistema de a caballo, donde se cambiaban los caballos, donde se iba en carruajes y había de cambiar los carruajes, y se demoraba semanas y semanas, sin embargo, desde las provincias argentinas llegaron a Tucumán, con una firme vocación de ser independientes, y este hecho bien lo señala José de San Martín en su carta a Godoy Cruz:“Hasta cuando esperaremos para declarar nuestra independencia”. La frase que José de San Martín le escribió a Godoy Cruz es el acta constitutiva de Argentina. Sobre esta frase nuestro país declaró su independencia el 9 de julio de 1816 en Tucumán, hasta donde llegaron representantes de todo el territorio con la determinación de ser libres.
Con esta convicción y este espíritu de superación llegamos al mundo como una nueva nación.Muchas cosas pasaron en estos 189 años, muchos momentos en los cuales los argentinos vivimos muy bien, y muchos otros en los que vivimos muy mal. Pasamos por muchas experiencias, y hoy estamos ante una gran posiblidad de aprender y sacar lo mejor de todas esas experiencias.Los hechos de diciembre de 2001, cuando los argentinos salieron a las calle para decir que los representantes ya no los representaban, marcaron la peor crisis que vivió nuestro país. Es la crisis de credibilidad, mucho mas profunda que la crisis económica y que la crisis social, porque implica no creernos entre nosotros. Es la aparición de una disyuntiva feroz: integración o disolución.
Por eso estamos en un momento bisagra, estamos a medio camino entre un pasado que no queremos volver a vivir y un futuro que tenemos que construir y que tendrá que ser necesariamente mejor para todos.Esto es lo que entendemos desde nuestro partido. Por eso creemos que es necesario integrar a los sectores sociales con los sectores políticos, por eso hoy hay que sumar a todos lo que creen y quieren un país normal, donde se respeten los derechos, donde se pueda comer, curarse y estudiar, donde primen la solidaridad, la participación y la transparencia.
El trabajo conjunto entre sectores políticos y sectores sociales generará una mejor calidad de vida para los argentinos. La gente en la calle, en los barrios, en las instituciones, participando en la construcción diaria de una sociedad mejor. Sólo puede haber un país mejor con la gente participando, opinando, proponiendo y trabajando codo a codo.Por eso constituimos el Frente Progresista, Cívico y Social junto a otros partidos políticos y también junto a numerosos movimientos sociales. Por eso trabajamos con la Unión Cívica Radical, el Partido Intransigente, el Encuentro por la Democracia y la Equidad de Martín Sabbatella, el Frente Grande, y también nuestro querido y glorioso partido.
Porque todos los que integramos este Frente sabemos que abrir el diálogo implica la urgencia de trabajar junto a los sectores más castigados por el modelo neoliberal. Ese 50 por ciento de argentinos que viven bajo la línea de pobreza, al margen de un sistema que los marginó y que hace poco para volverlos a incluir.Muchos dicen que en esta construcción colectiva estamos sumando gente que no coincide plenamente con nuestros planteamientos políticos. Es verdad que muchas veces no coincidimos en el 100 por ciento de las cosas, pero nosotros estamos convencidos de que para poder salir de este momento grave y difícil que vive Argentina, hace falta buscar las coincidencias y dejar para más adelante las disidencias. No tenemos que construir una nueva realidad en base a la verdad de algunos, sino guiándonos por las verdades de la mayoría. Las verdades que hablan de tener salud, educación, vivienda y trabajo. Nada menos y nada más. Hablamos de reencontrar un camino de dignidad para todos los argentinos. Un camino que hay que volver a construir entre todos.
Hace poco estuvimos en la asunción del nuevo intendente de Montevideo, del Frente Amplio Encuentro Progresista Nueva Mayoría, Ingeniero Ricardo Erhlich. Se trata de un mosaico de ideas del cual nadie quiere salir. Todos dicen “aquí está nuestro futuro, porque lo otro ya lo conocemos”. En Argentina ya vivimos el desencuentro entre la política y la sociedad, y durante ese largo desencuentro ganaron los que nos dejaron sin ferrocarriles, los que nos dejaron sin el petróleo, los que nos dejaron la pobreza que tenemos y esta situación de inmoralidad que hace que a pesar de producir alimentos para todo el mundo, en Santa Fe tenemos chicos que se mueren de hambre. Por eso nosotros aprendimos que en Argentina y en Santa Fe tenemos que transitar el encuentro, tenemos que sumar, tenemos que creer en los mismos valores espirituales y materiales de los argentinos que allá por 1816 decidieron que íbamos a ser libres.
Tenemos que volver a mandar la carta de San Martín a todos los argentinos para decirles que vamos a construir un país con derechos, que vamos a construir una provincia con derechos, tal como lo estamos haciendo desde hace dieciséis años en la ciudad de Rosario. Donde logramos tener la mejor salud pública, donde se defiende el derecho a la educación, se paga el FAE y se hacen actividades de educación no formal, donde promovemos el derecho al trabajo a través de una vasta red de huertas comunitarias y de la actividad permanente de centros de formación y capacitación profesional.
Y aún así, con todo esto, no nos conformamos. Hay que sumar y seguir. Seguir construyendo dignidad en serio, no regalada, no prestada, no de favor. Dignidad con contenido, una dignidad hecha entre todos.Esto es lo que nosotros queremos para la provincia de Santa Fe, por eso sumamos con algunas disidencias, pero con muchas más coincidencias. Conocemos las disidencias, pero nuestra decisión pasa por marchar junto a las coincidencias, esto es lo que nos va a permitir transformar Santa Fe, después de 22 años acostumbrados al no hacer y al no pensar.
Esa es nuestra creencia, y por eso estamos sumando compañeros de movimientos sociales en nuestras listas. Hablamos de gente como Pablo Zancada en Reconquista, dirigente del movimiento de Paz y Justicia, y de Elda Jerez, dirigente de la Cooperadora del Hospital de Rafaela. Y del compañero Juan Rivero, referente barrial rosarino. Van a llegar muchísimos más compañeros, porque hay muchísima gente cansada de la corrupción y del manoseo.Nosotros tenemos que construir como lo hicimos en Rosario, con la absoluta convicción de que transitando un camino donde prevalecen los valores morales y éticos es posible sacar adelante a los pueblos.
Queremos seguir recorriendo ese camino, como se hizo en 1816. Vamos a demostrar una vez más que cambian los intendentes, que cambian los equipos de gobierno, que cambian los nombres. Pero lo que no cambia, compañeras y compañeros, es el sentido de solidaridad entre los rosarinos. Lo que no cambia es la necesidad de la participación popular como herramienta de transformación de la realidad, lo que no cambia es la necesidad de que el pueblo conozca la transparencia de los gobiernos socialistas, lo que no cambia es este sentido de igualdad que necesitamos para una nueva democracia.No cambia, ni nunca cambiará, nuestra profunda indignación ante el “escándalo de la pobreza”.No cambia nuestra muy firme convicción de que el socialismo es el camino para la construcción de una sociedad mas solidaria y participativa para todo el pueblo argentino.

comentarios: contacto@hermesbinner.com.ar

9.7.05

En la Plaza de Río de Janerio y Uruguay (Rosario)

Queridas vecinas, queridos vecinos:

Realmente es una alegría estar con todos ustedes aquí, junto a los candidatos que pueden seguir representando los derechos de los rosarinos, compañeros que están hoy trabajando permanentemente para lograr que la ciudad de Rosario siga creciendo junto a nuestro compañero Intendente Miguel Lifschitz.

Es un hecho muy importante que con las ideas del socialismo, de sumar en la solidaridad, de sumar en la participación y fundamentalmente de sumar en la transparencia podamos ver en este conjunto de casas, no simplemente a techos, para que no nos mojemos cuando llueve. Estas casas tienen un valor muy importante para los ciudadanos porque son lugares donde se puede construir la familia, donde se puede construir este núcleo fundamental de nuestra ciudad que son los barrios, donde podemos tener este playón polideportivo; todo esto hay que cuidarlo, esto no llegó con ninguna prebenda, sino que ha llegado porque hay una gestión transparente en la municipalidad y porque hay un trabajo de todos ustedes, en la elección del lugar, en el control de la construcción y en el cuidado y la preservación para que se pueda seguir avanzando en el barrio.
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Por eso, el socialismo, junto a otras fuerza políticas y a movimientos sociales, año tras año suma y sigue, cambia sus figuras, renueva sus representantes y se seguirá renovando, pero lo que no cambia es el sentido de la solidaridad, lo que no cambia es el sentido de la igualdad, que se pone de manifiesto en la salud pública, lo que no cambia es el sentido de integrarnos como seres humanos en la ciudad de Rosario.

Por eso nosotros les pedimos a todas las vecinas y a todos los vecinos que cuidemos esto, y que votemos a los nuevos nombres y figuras que están hoy proponiendo un mañana mejor para los rosarinos, y que viendo hasta donde llegamos, nos señala que podemos construir muchísimo más.

Por eso es necesario el próximo 7 de agosto votar por los candidatos de Frente Progresista Cívico y Social que encabezan Horacio Ghirardi, Daniela León, Pablo Colono, María Inés Jasienovic y Juan Rivero. Creo que realmente esta es la mejor forma de que Rosario siga creciendo, de que los barrios sigan creciendo, de que se pueda seguir construyendo este futuro de dignidad que nos merecemos todos los rosarinos, que nos merecemos todos los santafesinos, todos los argentinos.

Y hoy en este día de la patria, en este día en celeste y blanco, en este día en que recordamos a los prohombres que nos dejaron este país independiente, necesitamos ver allí para encontrar los caminos para reconstruir el país independiente que nos merecemos.

Muchísimas gracias a todos y a seguir trabajando por Rosario y por los barrios.


9-7-05

2.7.05

En el 45 aniversario del Movimiento Nacional Reformista

Sr. Rector de la Universiadad Nacional de Rosario Dr. Ricardo Suarez;
visitantes ilustres de la Ciudad de Rosario y desde hoy Doctores Honoris Causa de La Universidad Nacional de Rosario Prof. Ing. Jorge Brovetto -Ministro de Educación de Uruguay-; Prof. Dr. Miguel Rojas Mix de Chile;Sr. Presidente del Partido Socialista de Argentina Ing Rubén Giustiniani.

Estamos aquí para festejar el 45° aniversario del Movimiento Nacional Reformista que en su concepción nacional y popular formó a miles de jóvenes en el Socialismo.
Tal vez sea importante recordar las circunstancias que le dieron origen: nuestro país venía del segundo golpe militar de su historia, el del 55, que como el del 30 fue otro retroceso para la democracia en su afán de lograr con sus acciones el bienestar para los sectores populares.
La división entre los argentinos también se manifestaba en la universidad que había logrado convertirse en caja de resonancia de la vida nacional. La recuperación de la democracia política se da con la Presidencia de Arturo Frondizi y su ministro de educación Dr. Gabriel del Mazzo, viejo reformista del 18 de cuyos libros se nutría el pensamiento progresista en la universidad. La reglamentación del art 28, en el año 1958, que habilita la iniciativa privada para crear universidades y expedir títulos académicos, rompe con el principio de gratuidad y laicidad que la universidad argentina esgrimía desde le reforma de 1918.
La rebelión estudiantil estalla en las calles del país y surge la figura del estudiante Guillermo Estevez Boero al frente de la movilización. Es recordada su célebre carta dirigida al ministro Gabriel del Mazzo: desde hoy, los jóvenes tenemos un maestro menos...
Al año siguiente Guillermo Estevez Boero es elegido Presidente de la Federación Universitaria Argentina y al otro año, en 1960 junto a un grupo de militantes socialistas y reformistas se produce el nacimiento del Movimiento Nacional Reformista: "El Movimiento Nacional Reformista es una concepción de la universidad nacional que va articulada a una concepción de la nación" y esa articulación se produce con el ideario socialista.
Hasta el nuevo golpe de estado del 66 la universidad argentina vivió su década de oro. Recupera su autonomía, llama a concursos libres, propone la periodicidad de la cátedra y la cátedra libre, encamina la investigación al servicio del pueblo, favorece el acceso y la permanencia de los jóvenes a través de becas, comedores, viviendas estudiantiles, se crea Eudeba que logra publicar más títulos que el Fondo de Cultura Económica de México, se discute la función social de la universidad.
Los estudiantes ganan las calles apoyando el debate parlamentario del presupuesto universitario, ganan las calles con el apoyo al gobierno de A. Illia para no enviar tropas argentinas a Santo Domingo que tenían como misión respaldar la intervención repetida del Imperio en los destinos latinoamericanos.
La Plaza Pringles de Rosario fue el sitio en el que el MNR confluyó para repudiar junto a miles de estudiantes el envío.
Los sectores del privilegio estaban visiblemente preocupados y salieron a buscar en los cuarteles el freno al proceso democrático.
Los jóvenes salieron a la calle y pagaron con su vida: Cabral en Corrientes, Santiago Pampillón en Córdoba, Adolfo Bello y Blanco en Rosario.
Miles de profesores abandonaron la Universidad y con sus proyectos de docencia e investigación marcharon hacia Uruguay, Méjico, a Europa, donde sus cualidades académicas fueron valoradas por las universidades receptoras y así se lograron premios nóbeles.
Faltaba el golpe del 76 que en crueldad les ganó a todos, con 30.000 desaparecidos y heridas en la sociedad que no logran aún cicatrizar, pero el del 60 de Onganía fue el tiro al cerebro del pensamiento nacional.
Esa integración entre Universidad y Nación que prohijó la Reforma del 18 y que se consolidó en una propuesta política en el MNR transcurrió por su peor momento. Faltaba la degradación económica y moral del neoliberalismo. Políticas que nos dejaron sin el petróleo, sin acerías, sin el gas en manos argentinas, sin ferrocarriles, sin aerolíneas y con una situación de pobreza jamás conocida en la Argentina.
Pobreza a nivel de escándalo, por cuanto exportamos cada vez más alimentos y cada vez tenemos mas argentinos que no comen. Ante esta situación debemos volver a los postulados de la Refoma de vincular a la Universidad con la realidad nacional y a los principios y prácticas militantes del MNR como nexo socialista para entender y transformar la realidad nacional.
Debemos garantizar el acceso y la gratuidad, pero además debemos revisar nuestras curriculas universitarias.
Debemos saber por qué tenemos decenas de localidades en la provincia de Santa Fe sin un médico; si la OPS reconoce al modelo de salud de Rosario como ejemplo a imitar, debemos vincularlo con la Facultad de Medicina para investigar sobre el mismo y mejorarlo.
El programa Rosario Hábitat para superar la dolorosa realidad de las Villas Miserias de Rosario lo debemos tomar desde la Facultad de Arquitectura, para estudiarlo, investigar y proponer mejoras o alternativas.
Qué ocurre con los presupuestos participativos, las cooperativas de huerteros, las fábricas recuperadas, o qué aplicación puede tener el Banco de los Pobres lo debemos llevar como materia para la Facultad de Ciencias Económicas.
Ver cómo vinculamos la universidad con la realidad de hoy, que es diferente a la del 18, que es diferente a la del momento en que se inició el MNR. Pensemos solamente que en el año 1918 el 80% de la población argentina vivía en zonas rurales y que hoy más del 90% viven en conglomerados urbanos.
Esta estructura de carreras, que más se parece a una carrera de obstáculos, que salvando el último se obtiene el título, tenemos que reorientarla hacia la gente y no hacia el mercado como nos legó el neoliberalismo.
Tenemos que ver cómo abordamos los nuevos desafíos de la sociedad; cómo vinculamos la teoría con la práctica para mejorar la democracia; cómo avanzar en la descentralización y la participación, en las autonomías locales y regionales, para estudiar constituciones que articulen las necesidades de todos los integrantes de la vida nacional.
No podemos esperar la finalización de las carreras para recién estudiarlos desde la interdisciplina.
Debemos crear nuevas curriculas que canalicen las inquietudes juveniles a estudiar con las nuevas demandas de la sociedad y no focalizarnos excesivamente en las clásicas de Medicina, Ingeniería, Abogacía o Económicas.
La reforma del 18 sigue viva; si sus preceptos son estudiados y no tomadas como receta de cocina, si las ideas del socialismo que orientó a Guillermo para la fundación del MNR las aplicamos a la realidad del país de hoy, la Universidad argentina tiene la maravillosa posibilidad de adelantarse a su tiempo y proponer un proceso de cambio que integre en igualdad de oportunidades a todos los argentinos.
Muchas Gracias.-